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Alexandrowka, barrio ruso en Postdam

A menos de 40 kilómetros al suroeste de Berlín se halla la histórica y hermosa ciudad de Potsdam. Es sin duda una de las típicas excursiones que se suelen hacer desde la capital alemana. Una ciudad enorme, elegida en 1660 por Federico Guillermo I como su residencia de caza y más tarde como sede de la familia real prusiana, a la que se puede llegar fácilmente tanto en coche como en autobús o en tren.

Entre sus visitas (palacios, jardines y otros edificios de la opulenta arquitectura barroca germana) hoy os queremos llevar hasta uno de sus rincones más típicos y curiosos. Se trata del barrio de Alexandrowka, un espacio al norte de la ciudad en el que vive una colonia rusa. Es un barrio pequeño, de apenas trece casas de madera, que fue construido entre 1826 y 1827 por expreso deseo del rey prusiano Federico Guillermo III para albergar, en su origen, a los cantantes rusos del Primer Regimiento de la Guardia Prusiana.

Otro de los motivos por los que se construyó fue para honrar la memoria del difunto zar Alejandro I, amigo de Guillermo III. Todas las casitas son de estilo ruso y se hallan rodeadas de pequeños jardines. Aún así en ellas viven solo unos pocos descendientes de los primeros habitantes rusos que llegaron hasta aquí a mediados del siglo XIX. En los últimos años se está intentando devolver al barrio su estado original y se está acondicionando para una visita mucho más agradable.

Todas las casas están reconstruyéndose al estilo ruso y en una de ellas, la número dos, se ha habilitado el Museo Alexandrowka para conocer el estilo de vida que llevaron los primeros pobladores del barrio. Junto a las casas podemos ver también la capilla de Alexander Neweski y la Casa del Alcaide, hoy convertida en salón de té ruso.

Hay que decir que en 1999 Alexandrowka fue declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. Un lugar que aúna historia con belleza y que ha pasado a ser de lo más encantador y curioso. De ahí que la visita, si venís a Postdam, sea cuanto menos imprescindible.

Foto Vía Wikimedia