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Porcelana, el oro blanco de Meissen

Cuenta la leyenda que el rey Augusto el Fuerte dio la orden de fabricar oro. Eruditos y alquimistas investigaron y extendieron sus experimentos hasta que descubrieron el oro blanco: la porcelana de Meissen, que trajo prosperidad al Rey y fama a la ciudad, primera exportadora europea de porcelanas con el emblema de dos espadas azules entrecruzadas, con una espectacular variedad de productos.

Así, la historia de la ciudad de Meissen, en el estado federado de  Sajonia, a orillas del río Elba, aparece ligada en forma indisoluble de la historia de la porcelana y la visita obligada es la fábrica estatal de porcelanas; sin embargo, tiene muchos otros atractivos que nos invita a conocer.

Catedral de Meissen: comenzó a construirse en 1250; es una curiosidad arquitectónica, ya que sus dos torres desiguales ejercen una poderosa fascinación. La torre sur fue construida entre los siglos XIV y XV, mientras que la del lado oeste se terminó en los primeros años del siglo XX. Alberga siete figuras, que representan entre otros, a los emperadores Adelaida y Otto I.

La fábrica de porcelanas: Las porcelanas que se empleaban en Europa eran importadas de China, realmente inigualables, hasta que en el siglo XVIII las investigaciones ordenadas por el príncipe de Sajonia para descifrar el secreto de la porcelana comenzaron a dar resultados; en junio de 1710 se abrió esta fábrica de porcelanas que funcionó en el castillo Albrechtsburg hasta su traslado al valle de Triebischtal en la segunda mitad del siglo XIX. Luego surgieron otras fábricas, como las de Rosenthal y Villeroy & Boch.

Museo Municipal de Meissen: para conocer la historia de esta encantadora ciudad, el Museo abarca cuatro edificios históricos del casco antiguo, con sus muestras permanentes y temporarias y sobre temas especiales como por ejemplo la religión y la navidad. Los edificios responden a estilos arquitectónicos bien definidos: la casa neogótica y una antigua iglesia franciscana con su claustro están conectadas con el centro urbano, mientras que las dependencias en el Castillo de Albrechtsburg funcionan como un pequeño museo por separado. No se puede dejar de visitar una de las exhibiciones permanentes, la estremecedora muestra de «monumentos sepulcrales» que abarca cuatro siglos de historia.

Es muy fácil llegar a Meissen, ya que se encuentra perfectamente comunicada por carreteras mediante las autopistas A4 y A13; desde Dresde por ferrocarril, y por aire se encuentra a 35 Km. del Aeropuerto de Dresde. Si la idea es quedarse, encontrarán buenos alojamientos aquí o en la ciudad de Dresde, de la que se encuentra a menos de 50 Km. Comer no será problema y menos beber, ya que Meissen se encuentra en la región vinícola del Elba.

Foto: Wiki Commons