Usedom, la isla del sol
Dicen es la región más soleada de Alemania, con sus 1.906 horas de sol. Usedom, segunda isla más grande del país, actualmente alemana en un 80% de territorio y el resto correspondiente a Polonia, tiene una población de 30.000 habitantes y una geografía espectacular.
La isla de Usedom, sobre el mar Báltico, alberga uno de los paisajes más bellos de Alemania, con preciosas y amplias playas de arena, bosques costeros y lugares seguros para los niños. Además permite la práctica de deportes como ciclismo, para lo cual dispone de 100 km de caminos, y senderismo, con más de 400 km de senderos señalizados; actividades náuticas, a partir de su puerto deportivo, y no podían faltar las actividades culturales, como su septiembre de música clásica.
Esta isla poblada desde tiempos inmemoriales, protagonista del comercio medieval por estar en la ruta hanseática, comenzó a perfilarse desde comienzos del siglo XIX como un destino turístico privilegiado a partir de sus tres grandes balnearios: Ahlbeck, Heringsdorf y Bansin, transformándose en el lugar preferido de la aristocracia y ejerciendo su mágica atracción sobre los más destacados artistas de la época.
Ahlbeck es el balneario más oriental y uno de los más antiguos de Alemania, muy cerca de la frontera con Polonia, su paseo marítimo sobre la playa y el mar de más de 300 metros de extensión es el emblema del balneario. Bansin, menos conocido, de elegante arquitectura modernista, tiene varios paseos que se extienden sobre el mar. Heringsdorf, antiguo pueblo de pescadores, es sin dudas el balneario más elegante de la isla, frecuentado por las personalidades más poderosas y ricas de su época. Desde 1995 posee el muelle más largo de Europa continental, de 508 metros de largo.
Los lujosos hoteles y pensiones de estos tres balnearios llamados “Los tres balnearios imperiales” están construidos con una arquitectura particular que se llamó precisamente “arquitectura de los balnearios”, caracterizada por su elegancia, detalles y excelentes materiales. Y ahora cuentan con joya propia: un estilizado anillo diseñado por Niessing, fabricado en acero y con tres bolillas que circulan por una hendidura como los guijarros arrastrados por las olas.
Por otra parte, el aire puro y la potente interacción entre bosque y mar ofrecen condiciones ideales para el descanso y la recuperación de la salud, por eso este balneario es muy visitado fuera de la época estival por personas que buscan reponerse de problemas cardiovasculares y respiratorios, o simplemente del estrés de un año de duro trabajo.
Foto: vía Marbla

Categorias: Naturaleza en Alemania