La Puerta de Brandenburgo, historia de Alemania

Puerta de Brandeburgo

Pocos lugares hay en el mundo que lleven sobre sí tanta historia y que sean tan simbólicos como el que hoy os presentamos: la Puerta de Brandenburgo, en Berlín. El emblema de la capital es, al mismo tiempo, emblema de la propia historia alemana, de sus sinsabores y de sus grandezas.

Durante la caída del Muro de Berlín, de la que recientemente se ha cumplido el veinte aniversario, miles de alemanes del oeste y este celebraron aquí la apertura de la frontera y la reunificación del país. Fue símbolo mundial de la división del mundo en dos bloques de potencias, y, desde hace dos décadas, muestra también de la reconciliación del país que la acoge. En la actualidad sigue siendo, por otro lado, uno de los lugares más populares para celebrar manifestaciones, eventos y fiestas, con lo que continúa erigiéndose como uno de los puntos neurálgicos de toda la ciudad.

En el extremo del boulevar Unter den Linden, fue construida a finales del siglo XVIII. Su modelo fueron los propileos de  la Acrópolis de Atenas. Su arquitectura está vinculada con una curiosa anécdota: la que cuenta que Napoleón mandó llevar a París la célebre cuádriga que corona esta puerta cuando ocupó Berlín, en 1806. La escultura regresaría a la ciudad ocho años después.

Se trata de una pieza de cobre de alrededor de cinco metros de altura, que representa a la diosa de la Victoria montada en un carro tirado por cuatro caballos. La puerta, obra del arquitecto Carl Gotthard Langhans, es una construcción en piedra arenisca de estilo neoclásico.

Puerta de Brandeburgo en Berlin

Y una curiosidad más: hasta el año 1918 solamente miembros de la familia real, sus invitados y miembros de la familia Pfuel tenían permitido el uso del paso central de la puerta. Con la construcción del Muro de Berlín, la Puerta de Brandemburgo quedo en tierra de nadie, sin acceso del este ni del oeste.

Fotos Vía: Oficina de Turismo de Berlín

 

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