Hanóver, entre ferias, jardines y belleza
Luce Hanóver en la Baja Sajonia como la ciudad ferial más grande del mundo. Con un millón de metros cuadrados y 27 recintos cubiertos, su espacio ferial se incluye entre los principales referentes mundiales en cuestión de ferias, exposiciones y congresos.
Entre los más de 60 encuentros nacionales e internacionales que al año se suceden en la ciudad, destaca la CeBIT que constituye la feria de informática más importante de Europa, y la Hannover Messe (HM), que también se sitúa a la cabeza de los encuentros mundiales en materia industrial.
Por supuesto, Hanóver ha sido capaz de combinar este ambiente internacional, derivado de su condición de expositor del mundo, con espacios tradicionales y costumbristas donde se mantiene intacta la raigambre germana.
Para enlazar los mencionados espacios y evitar que el turista se pierda alguna de sus maravillas, un «hilo rojo» (Roten Faden) se extiende por el centro de la ciudad uniendo más de 30 monumentos que constituyen parada obligada. Este divertido invento nace en el mismo Centro de Información Turística y desde ahí recorre unos 4 km. hasta llegar nuevamente a la Estación Central donde se encuentra el punto de información.
Pero ¿qué delicias arquitectónicas se encuentran en el camino del Roten Faden? En primer lugar, la Marktkirche. Esta iglesia del siglo XIV es el principal templo luterano que hay en Hanóver, y su interés arquitectónico radica en el hecho de ser una importante muestra del estilo gótico báltico, llamado en ocasiones gótico de ladrillos (Backsteingotik). También el Antiguo Ayuntamiento bebe de este mismo estilo arquitectónico.
Asimismo, en el marco de la arquitectura religiosa cabría mencionar la Iglesia de San Egidio, erigida en honor a las víctimas de la violencia y la guerra, y la Iglesia de la Cruz.
Por su parte, en la zona nueva de la ciudad se impone el llamado Neues Rathaus o Ayuntamiento Nuevo. Un edificio erigido en estilo ecléctico que queda incrustado en el corazón de las 10 hectáreas del Maschpark.
Son también de marcada belleza los jardines, bosques y espacios verdes de la ciudad de Hanóver. Uno de los más bellos es, sin duda, el llamado bosque de Eilenriede. Este espacio prácticamente virgen ocupa unas 650 hectáreas y constituye el gran orgullo verde de la ciudad. Ocupan la siguiente posición los cuidados y exquisitos jardines reales, conocidos como Herrenhäuser Gärten, un deleite para los sentidos que nadie se arrepentirá de visitar.

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