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Wernigerode, pueblo encantador en el distrito de Harz

Nos encantan los pueblos con magia, esos núcleos urbanos que parecen sacados de un cuento de hadas, con calles empedradas, edificios a base de piedra de madera y la sensación de que en cada uno de sus rincones ocultos nos encontraremos con el protagonista de uno de los cuentos de los hermanos Grimm. Wernigerode es uno de esos pueblos, un lugar lleno de encanto que nos enamorará desde el primer segundo.

Está ubicado en el distrito de Harz, Sajonia-Anhalt, y su ubicación no podría ser más pintoresca, cerca de un río, en las laderas de la montaña de Harz a los pies del impresionante Castillo Wernigerode, una fortaleza del siglo XIX con un estilo muy similar al afamado castillo de Neuschwanstein.

El pueblo se sitúa a unos 250 metros sobre el nivel del mar y cuenta con un paraje espectacular a su alrededor. Un pueblo de cuento que en invierno se llena de blanca nieve aumentando así su encanto.

El pueblo tiene varias visitas interesantes, además de la del castillo antes mencionado, que es una de las visitas más interesantes en Sajonia-Anhalt. Así, encontramos edificios de estilo gótico como el ayuntamiento que tiene una hermosísima fachada de madera que nos dejará asombrados.

La madera es una constante; y es que aún se conservan casas antiquísimas hechas con este material. Lo cierto es que no ha sido fácil, pues el pueblo ha sufrido varios incendios a lo largo de su historia. Aun así, hoy por hoy podemos observarlas, una auténtica delicia.

Así, las calles de esta ciudad son un museo encantador lleno de construcciones góticas y lugares como el Gymnasium Gerhart Hauptmann, un edificio hermosísimo que antes era conocido como la escuela primaria, desde aproximadamente 1825.

Además de visitar este encantador pueblo, podemos realizar excursiones, por ejemplo a las interesantes lagunas que hay al norte del pueblo. Asimismo, es importante saber que la temperatura media es de unos 9ºC, así pues, si somos frioleros, mejor venir en los meses de calor, aunque no podemos negar que visitar Wernigerode con sus casas llenas de nieve tiene que ser un auténtico privilegio.

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Foto vía: tekkebln